En Italia, los hombres homosexuales ya pueden ser sacerdotes y el Vaticano aclara que será siempre y cuando no promuevan la cultura gay, mantengan el celibato, y en sí, encubran su sexualidad.
Estas nuevas leyes entraron en vigor por un periodo de prueba de tres años, de acuerdo a la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) y aprobadas por el Vaticano, estableciendo que no se puede rechazar a un aspirante al seminario por el hecho de ser homosexual, estipulando:
«La Iglesia, respetando profundamente a las personas con tendencias homosexuales, no puede admitir en el seminario o en el sacerdocio a quienes practican la homosexualidad, tienen tendencias homosexuales profundamente arraigadas o promueven la llamada cultura gay.»
El Vaticano y la comunidad LGBT+
A lo largo de los años, el Vaticano se ha visto envuelto en polémicas gracias a su postura contra la comunidad LGBT+ y el matrimonio igualitario. Pero el Papa Francisco se ha opuesto a las leyes que criminalizan la homosexualidad y se ha mostrado dispuesto a bendecir a las parejas del mismo sexo desde el 2023, diciendo:
“La gente homosexual tiene derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Nadie debería ser expulsado o sentirse miserable por ello.”
A pesar de esto, el Vaticano no reconoce el matrimonio igualitario, defendiendo que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, estable, exclusiva e indisoluble.
El camino a la inclusión
No obstante, el Pontífice tiene la misión de lograr una mayor inclusión en aspectos sociales y culturales. Tan solo recientemente, nombró a Simona Brambilla como prefecta en el Vaticano, siendo la primera mujer en tener un puesto de este calibre dentro de la institución.
Esto significa que, gradualmente, las mujeres tendrán más poder en el Vaticano, algo que nunca antes ha sucedido en la historia, de acuerdo a las fuentes oficiales.
Sin embargo, han declarado que estos lineamientos recientes no modifican la doctrina De la Iglesia católica.
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