Turquía atraviesa una crisis política tras el arresto de Ekrem Imamoglu, alcalde de Estambul y principal opositor al presidente Recep Tayyip Erdogan; las protestas han escalado desde el 19 de marzo, con más de 1,400 personas detenidas en manifestaciones catalogadas como ilegales por el gobierno.
Imamoglu es acusado por la justicia de Turquía de corrupción y de supuestos vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado una organización terrorista por el Estado turco; sin embargo, sectores opositores denuncian que se trata de una estrategia para debilitar a un fuerte contendiente en las elecciones de 2028.
Erdogan acusa a manifestantes de terroristas
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, calificó como “terroristas” a manifestantes que protestan contra la detención del suspendido alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu.
En la noche del martes al miércoles fueron detenidas… pic.twitter.com/kJzFLuHJea— DW Español (@dw_espanol) March 26, 2025
El papel de la Unión Europea
La reacción de la Unión Europea ante la crisis en Turquía ha sido moderada. Mientras que Francia y Alemania han condenado el encarcelamiento de Imamoglu como un “grave ataque a la democracia”, Bruselas ha optado por un discurso más diplomático, instando a Turquía a respetar los valores democráticos sin tomar medidas concretas.
El portavoz de la Comisión Europea, Guillaume Mercier, afirmó que “Turquía debe defender los valores democráticos”, pero evitó especular sobre posibles sanciones o la cancelación de reuniones políticas programadas con Ankara.
La postura de la UE refleja la compleja relación con Turquía, país candidato a la adhesión al bloque, pero también un aliado clave dentro de la OTAN.
🇹🇷 #BREAKING | Pikachu was spotted fleeing from the police during anti-Erdoğan protests in Turkey. pic.twitter.com/NhTgV7FqHe
— Universal News (@universalnewsx) March 27, 2025
Reacción del gobierno de Turquía
El presidente Erdogan ha calificado las manifestaciones como un “movimiento de violencia”, justificando el uso de la fuerza por parte de las autoridades.
Organismos internacionales como Amnistía Internacional han denunciado el “uso excesivo e indiscriminado de la fuerza” contra manifestantes pacíficos.
La detención de Imamoglu y la respuesta gubernamental han generado comparaciones con las protestas de Gezi en 2013, cuando miles de ciudadanos salieron a las calles en contra del autoritarismo de Erdogan.
Expertos políticos consideran que esta crisis podría tener consecuencias significativas en el futuro político de Turquía, aumentando la tensión con la oposición y la comunidad internacional.
La situación en Turquía sigue en desarrollo, y se espera que en los próximos días se intensifiquen las protestas, mientras la comunidad internacional sigue de cerca el desenlace de esta crisis política.