Tras una reunión con el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves un acuerdo comercial “completo e integral” con Gran Bretaña, en lo que representa el primero de su tipo desde que lanzó su ofensiva arancelaria global.
El presidente estadounidense no ofreció más detalles sobre el acuerdo que llega poco más de un mes después de que impusiera amplios aranceles a los socios comerciales de Estados Unidos en su “Día de la Liberación” del 2 de abril.
“El acuerdo incluye miles de millones de dólares de aumento en el acceso al mercado para las exportaciones estadounidenses, especialmente en agricultura, aumentando drásticamente el acceso para la carne estadounidense, el etanol y prácticamente todos los productos producidos por nuestros grandes agricultores”, dijo Trump.
Starmer dijo que “Esto impulsará el comercio entre nuestros países”, cree el Primer Ministro. “No solo protegerá el empleo, sino que también lo creará, abriendo el acceso al mercado”.
El secretario de Estado, Marco Rubio, dijo que se trataba de “un paso importante hacia un comercio justo y recíproco con nuestros socios de todo el mundo”.
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El acuerdo sigue a una ofensiva de encanto de Starmer, quien llegó a la Casa Blanca en febrero armado con una invitación del rey Carlos III para una histórica segunda visita de estado de Trump.
Según informes, el acuerdo eliminaría los aranceles del 25% impuestos por Trump al acero y los automóviles británicos, pero mantendría sus aranceles básicos del 10%. A cambio, Gran Bretaña podría ofrecer una exención del impuesto a los servicios digitales que pagan los gigantes tecnológicos estadounidenses.
Según Sky News, Reino Unido habría acordado concesiones sobre las importaciones de alimentos y productos agrícolas con el gobierno de Trump.
Estados Unidos continúa con reuniones clave para su economía ya que esta misma semana se dio a conocer que volverán a negociar con China en Suiza para intentar desatorar la guerra de aranceles y el conflicto comercial que han arrastrado por años, especialmente después del regreso de Donald Trump a la presidencia. La reunión, que se realizará en Ginebra, marca el primer intento formal por retomar el diálogo sobre los aranceles y abrir la puerta a posibles acuerdos.
Desde enero, cuando Trump retomó el cargo, su gobierno ha endurecido su postura contra China, subiendo los impuestos a la importación de varios productos clave, como tecnología, autos eléctricos y materiales industriales. Pekín no respondió con la misma fuerza, pero dejó claro que no se quedará con los brazos cruzados si las medidas siguen escalando, y ahora parece estar dispuesta a negociar, aunque exige señales claras de que Washington está dispuesto a ceder algo.
Katherine Tai, representante comercial de Estados Unidos, encabezará la delegación norteamericana, mientras que del lado chino estará Liu He, una figura veterana que ya ha participado en negociaciones anteriores. Ambos equipos han dicho que será una reunión privada, sin declaraciones oficiales mientras no haya avances concretos.