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Cultura y Entretenimiento

The Last of Us – Episodio 1 La calma antes de la tormenta

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Daniel García

El estreno de la segunda temporada de The Last of Us ha sido recibido con entusiasmo y escepticismo en partes iguales; el episodio titulado “Future Days”, emitido el domingo 13 de abril por HBO, retoma la historia justo donde terminó la primera entrega: con la mentira de Joel a Ellie sobre las Luciérnagas.

A partir de esa escena cargada de silencios, se perfila lo que será un conflicto inevitable, no solo entre los personajes, sino también con los fantasmas de un pasado que amenaza con resurgir.

Una comunidad en calma… por ahora

En la víspera de 2029, ubicada en Jackson, Wyoming, la historia nos presenta una comunidad próspera y organizada, símbolo de lo que podría ser una reconstrucción social en medio del apocalipsis; este entorno pacífico contrasta con las intenciones ocultas que se gestan en la sombra.

The Last of Us utiliza este espacio para enfatizar el desarrollo de sus protagonistas, destacando cómo la aparente calma puede ser una antesala del caos.

La dirección de Craig Mazin, cocreador de la serie, y la fotografía de Ksenia Sereda, logran construir una atmósfera rica en detalles, haciendo que Jackson luzca no solo creíble, sino esencial. La vida en este pueblo está lejos de parecer un decorado: los personajes secundarios, los edificios funcionales y la rutina diaria crean un escenario que se siente vivido y duradero.

The Last of Us se aleja del juego para construir su propio camino

La adaptación televisiva de The Last of Us ha decidido tomar distancia del orden cronológico del videojuego; este movimiento narrativo, lejos de diluir la esencia del material original, ha sido concebido como una estrategia para atraer tanto a los jugadores como a la audiencia general.

La inclusión anticipada de personajes como Abby Anderson (interpretada por Kaitlyn Dever) y la exploración emocional de Joel en sesiones de terapia son decisiones que amplían el universo de la serie, sin dejar de ser fieles a su tono trágico y humano.

Aunque parte de la crítica ha cuestionado estas licencias creativas, lo cierto es que se trata de un recurso legítimo para profundizar en los matices de personajes que, hasta ahora, no habían sido explorados con tal complejidad.

Se ha destacado, por ejemplo, que algunos diálogos fueron modificados o recontextualizados para resaltar motivaciones internas, como el conflicto moral de Joel o el distanciamiento emocional de Ellie.

Ellie, Dina y Jesse: juventud forjada por la violencia

Uno de los aciertos del primer episodio es la forma en que se presenta la evolución de los jóvenes protagonistas.

Ellie, interpretada por Bella Ramsey, muestra una actitud desafiante pero vulnerable; su relación con Dina y Jesse ofrece momentos de ternura y tensión que recuerdan que, pese a su edad, han sido forjados por un mundo de violencia.

La patrulla que emprenden fuera de Jackson es más que una rutina de vigilancia: es un ejercicio narrativo que refuerza la fragilidad del entorno; las decisiones impulsivas de Ellie, contrapuestas a la rectitud de Jesse, anticipan una ruptura de dinámicas grupales que será explorada en los próximos episodios.

La amenaza de Abby marca el inicio del conflicto

Desde el prólogo, The Last of Us deja claro que la violencia está latente.
El grupo de Luciérnagas que sobrevive en Salt Lake City promete venganza, y Abby se convierte en la figura clave de esa represalia. Aunque su participación directa en este episodio es breve, el peso emocional de su presencia se percibe como una sombra ineludible.

Este primer capítulo establece lo que parece ser la calma antes de la tormenta.

La tensión acumulada no es gratuita: es el eco de decisiones pasadas que encontrarán consecuencias devastadoras; The Last of Us demuestra que su fortaleza no solo radica en las escenas de acción o en los infectados, sino en la construcción meticulosa de vínculos humanos al borde del colapso.

The Last of Us temporada 2 promete conmover y dividir

The Last of Us ha regresado con una propuesta arriesgada y madura; su segundo ciclo arranca con un episodio contemplativo, dolorosamente humano y cargado de presagios. Aunque algunos espectadores podrían mostrarse reacios a los cambios respecto al videojuego, lo cierto es que la serie continúa siendo una obra de alto nivel, tanto en su ejecución técnica como en la profundidad de sus personajes.

Los nuevos episodios de The Last of Us se transmiten todos los domingos a las 19:00 horas tiempo del centro de México por Max (HBO).

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