El Sismo en Birmania, que golpeó a la zona de Myanmar con una magnitud de 7.7 grados continúa dejando secuelas en la población. Hasta ahora, casi una semana después del siniestro, las autoridades confirmaron el deceso de 2 mil 719 ciudadanos, además de los cuatro mil 521 heridos y los 441 desaparecidos.
Por si fuera poco, el miedo y las condiciones actuales no permiten que los ciudadanos accedan a condiciones básicas de cuidado. En áreas como Mandalay, los sobrevivientes duermen a la intemperie por temor a nuevas réplicas. Además, Grupos de ayuda y el Comité Internacional de Rescate advierten que la población no tiene acceso a agua potable, alimentos ni servicios médicos básicos.
Te podría interesar: Terremoto de magnitud 7,7 golpea Myanmar, Bangkok y el suroeste de China.
La Guerra Civil de Birmania no permite al acceso de apoyo
A causa del conflicto armado interno que se vive en Birmania, organizaciones internacionales han denunciado que no se permite el paso a la ayuda humanitaria.
Estos enfrentamientos, que persisten desde que la junta militar tomó el poder en 2021, ha presentado un incremento en los enfrentamientos contra los Grupos Rebeldes.
Ahora, tras el sismo, muchos ciudadanos acusan al Ejército de continuar con los ataques aéreos, a pesar de las condiciones en las que se encuentra Birminia.
Como respuesta, Amnistía Internacional solicitó a los participantes de la guerra detener el fuego y permitir el ingreso de la ayuda humanitaria a la zona.
“El Ejército de Myanmar debe permitir acceso inmediato a los organismos humanitarios”, exigió Joe Freeman, de Amnistía Internacional.
La ONU ha calificado la situación como crítica y ha instado a que se garantice el paso libre de ayuda humanitaria. El epicentro del terremoto, cerca de Mandalay, quedó devastado, y los equipos de emergencia trabajan contrarreloj para localizar sobrevivientes. Se espera que el tema se aborde en la cumbre regional de Bangkok esta semana, aunque el líder militar Min Aung Hlaing podría participar de forma virtual debido a la catástrofe.