El senador demócrata de Nueva Jersey, Cory Booker, ocupó el pleno del Senado con un discurso maratónico que duró toda la noche y hasta el martes por la noche en lo que representa el récord del discurso más largo jamás pronunciado en el Senado. Booker pasó un día entero en el hemiciclo del Senado, pronunciando un discurso en protesta contra las políticas de la administración Trump.
Booker superó el récord del exsenador Strom Thurmond, quien habló en contra de la Ley de Derechos Civiles de 1957 con un discurso de 24 horas y 18 minutos.
“Estoy aquí porque, por muy poderoso que fuera él, el pueblo es más poderoso”, dijo Cory Booker, refiriéndose al discurso récord del segregacionista Thurmond hace 68 años.
El funcionario tomó la palabra en el Senado el lunes por la noche, afirmando que permanecería allí mientras le fuera físicamente posible. No fue hasta 25 horas y 5 minutos después que el senador de 55 años, ex ala cerrada de fútbol americano, terminó de hablar y se retiró cojeando.
Cabe destacar que no se trató de una obstrucción, un discurso diseñado para obstruir la aprobación de un proyecto de ley, retrasó la labor legislativa en el Senado, controlado por los republicanos. Las normas para este tipo de discursos exigen que el orador permanezca de pie y renuncie a ir al baño.
Su discurso tuvo una amplia audiencia en línea: al anochecer, había superado los 350 millones de “me gusta” en TikTok Live, y más de 115,000 personas seguían la transmisión en vivo de su oficina en YouTube.
“He escuchado a gente de todo mi estado y, de hecho, de todo el país, pidiendo a los congresistas que hagan más, que tomen medidas que reconozcan la urgencia, la crisis del momento (…) Por eso, creo que todos tenemos la responsabilidad de hacer algo diferente, de causar, como dijo el difunto representante John Lewis, ‘buenos problemas’, y eso me incluye a mí”, dijo Booker en un video publicado previamente en redes sociales.
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El líder demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, el primer líder de un partido negro en el Congreso, se coló en la cámara del Senado para observar a Booker el martes por la tarde. Lo calificó como “un momento increíblemente conmovedor” porque Booker había roto el récord de segregacionista y estaba “luchando por preservar el estilo de vida estadounidense y nuestra democracia”.
A medida que su discurso se acercaba a la tarde del martes, Booker recibió ayuda de sus colegas demócratas, quienes le permitieron un descanso para hacerle una pregunta y elogiar su actuación. Booker cedió la palabra, pero se aseguró de decir que no la cedería. Se mantuvo de pie para cumplir con las normas del Senado.
El discurso de Cody Booker apuntó al presidente Trump, al asesor principal de la Casa Blanca, Elon Musk y a políticas que, según él, muestran un “total desprecio por el estado de derecho, la Constitución y las necesidades del pueblo estadounidense”.