Quien actualmente ocupaba el cargo de director técnico de F1 y su último gran cometido fue implantar el reglamento de 2022 con los nuevos monoplazas de efecto suelo; Ross Brawn informó que se retira de su puesto y de la actividad deportiva del Gran Circo.
Fue el director del primer Michael Schumacher (campeón en Benetton 94-95) y también del segundo (Ferrari 2000-04), así como jefe de su propio equipo y campeón a la primera con Brawn GP en 2009.
Luego tomó las riendas de Mercedes para encauzar la llegada de la era híbrida de la F1 (2014) donde fue director los primeros años, justo para conseguir la primera victoria en más de 50 años con la marca de la estrella, con Rosberg (China 2012), la primera después de la época de Fangio y Moss.
En 2013 salió de Brackley y en 2017 aceptó el cargo de director técnico de la F1, de la mano de Liberty Media, del que ahora se despide de forma voluntaria.
“Ahora es el momento adecuado para que me retire. Hemos hecho la mayor parte del trabajo y ahora estamos en un período de consolidación. Llegará un coche nuevo en 2026, pero faltan cuatro años, y eso está bastante lejos para mí, por lo que es mejor que el próximo grupo de personas asuma ese manto. Creo que dejó la F1 en un gran lugar”, ha comunicado Brawn en su columna de la página oficial del campeonato.
“He disfrutado casi cada minuto de mi carrera durante 46 años y he tenido la suerte de haber trabajado con muchos grandes equipos, grandes pilotos y grandes personas. No habría cambiado nada. Algo que sí tengo claro es que sin el apoyo de mi mujer y mi familia no podría haberlo hecho y no habría querido hacerlo”, añade.
“Ahora veré la F1 desde mi sofá, animando y maldiciendo como aficionado de la F1, orgulloso de que la categoría esté en un lugar fantástico y tenga un futuro tan fantástico”, finaliza.