Apenas una semana y media después de que el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazara a México con imponer aranceles del 25 por ciento si no lograban detener el tráfico de drogas como el fentanilo y la migración, el Gobierno de México anunció la mayor incautación de fentanilo de su historia.
Un operativo liderado por elementos de la Marina logró decomisar una tonelada y media de pastillas de esta droga, lo que equivale a casi 20 millones de dosis y un valor estimado de 400 millones de dólares. El hallazgo fue realizado en el municipio de Ahome, Sinaloa, epicentro del narcotráfico en México, que desde julio vive un infierno que casi sobrepasa los 500 asesinatos tras la mayor disrupción que ha sufrido el cartel fundado por Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán e Ismael ‘El Mayo’ Zambada en más de una década.
Omar García Harfuch, secretario de Seguridad, lideró la operación de manera personal y estuvo en Sinaloa para coordinar la histórica incautación. “Es la incautación más grande que se haya hecho de pastillas de fentanilo, estamos hablando de más de 20 millones de dosis (…) Era una investigación que venía desde hace tiempo”, dijo en su habitual conferencia de prensa la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum.
En dos acciones distintas encabezadas por @SEMAR_mx, elementos del Gabinete de Seguridad @SEDENAmx, @FGRMexico, @GN_MEXICO_ y @SSPCMexico en Sinaloa se logró el decomiso histórico más grande de fentanilo; Más de una tonelada de pastillas de fentanilo, dos hombres fueron… pic.twitter.com/QP6qJkjBIA
— Omar H Garcia Harfuch (@OHarfuch) December 4, 2024
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El secretario de Seguridad también reveló que las autoridades detuvieron a dos hombres y aseguraron armas de fuego como parte del operativo. Más tarde, el Gobierno mexicano reveló que Jehonany Alexander “N”, buscado por Washington por asociación delictuosa y delitos contra la salud, también formó parte de los arrestos.
Incautación histórica de fentanilo: Una bocanada de aire para el gobierno de México
Desde que entró al cargo hace dos meses, la presidenta Claudia Sheinbaum ha enfrentado un bimestre sangriento y difícil en cuestiones de seguridad. Las facciones enfrentadas del Cártel de Sinaloa, ‘Los Chapitos’, liderados por Iván Archivaldo Guzmán ‘El Chapito’, hijo de ‘El Chapo’ y ‘La Mayiza’, comandada por seguidores de ‘El Mayo’ Zambada han convertido al estado en una zona de guerra tras el secuestro y arresto por agentes estadounidenses de “El Mayo”, un padrino del cártel que fue traicionado por Joaquín Guzmán López, otro hijo de ‘El Chapo’ Guzmán.
Incluso apenas horas antes del anuncio, Culiacán amaneció bajo el estruendo de tiroteos y una fuerte explosión, que desbordó el pánico entre la población y que hizo pensar que se trataba de un atentado con coche bomba, que después fue descartado por las autoridades federales. El incidente no dejó heridos, pero incrementó los cuestionamientos contra el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, miembro de Morena, el partido de Sheinbaum y el expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Durante sus primeros meses de Gobierno, Sheinbaum recibió el gabinete con la decapitación de un alcalde en Guerrero, el estallido de dos coches bomba en Guanajuato y masacres como la del bar Los Cantaritos en Querétaro, en donde miembros del Cártel de Santa Rosa de Lima asesinaron a 10 personas e hirieron a 13, en una ciudad en donde la violencia de esta clase es atípica.
Ahora, con la incautación de tonelada y media del opioide sintético recetado bajo control médico 50 veces más potente que la heroína que ha provocado miles de decenas de muertes en Estados Unidos, el Gobierno mexicano obtiene un golpe mediático a su favor antes de que Trump asuma el cargo como presidente el próximo 20 de enero.
La nueva realidad de los “Abrazos, no balazos”
Durante su administración, el expresidente AMLO evitó los enfrentamientos directos con los criminales y, en cambio, se centró en abordar las causas profundas de la violencia, como la pobreza y la educación, una política consagrada en el lema “abrazos, no balazos”. La estrategia tuvo cierto éxito, pero no logró reducir significativamente el derramamiento de sangre en todo México y, en cambio, su sexenio terminó con el más sangriento de la historia del país.
Aunque todavía es demasiado pronto para saber si Sheinbaum se ha apartado de esta política de seguridad, la frase “abrazos, no balazos” ya no se escucha en los pasillos del Palacio Nacional. Sheinbaum pidió confianza para la nueva estrategia de seguridad, que retoma la atención a las causas y la apuesta por la Guardia Nacional, aunque coloca un mayor peso a las tareas de inteligencia, coordinación e investigación.
“No se trata de que en poco tiempo (la inseguridad) va a bajar drásticamente. Va a bajar en el tiempo que sea indispensable, porque lo importante es coordinar todas las acciones y la estrategia”, señaló.
Cuando Sheinbaum asumió el cargo, responsabilizó directamente a Washington de la crisis en Sinaloa, al acusar a la Administración de Joe Biden de provocar al narco tras la captura de Zambada sin avisar previamente al Gobierno de México. Sin embargo, resulta complicado pensar que esa narrativa convencerá a Trump, un político mucho más volátil e impulsivo que Biden.
Entre las certezas que brinda la histórica incautación está el hecho de que esta es una gran carta de presentación para García Harfuch en el panorama internacional, sobre todo ante la presión estadounidense. El secretario de seguridad aseguró que desde que asumió el cargo el 1 de octubre, las autoridades mexicanas han arrestado a más de cinco mil 300 personas y han decomisado casi 58 toneladas de drogas, incluido el equivalente a 50 millones de dosis de fentanilo.