El candidato de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva de 77 años, ganó la segunda vuelta de las elecciones para la presidencia de Brasil, al obtener el 50.9 por ciento de los votos en lo que fue una de las contiendas más reñidas de la historia del país.

Despues de computar el 99.9 por ciento de los votos, Lula aseguró 50.9 por ciento y Bolsonaro registró el 49.1 por ciento, por lo que las autoridades electorales aseguraron que la victoria de Lula estaba matemáticamente asegurada.

Tiempo después de que se anunciaran los resultados, las luces del Palacio Presidencial sin que el actual presidente emitiera alguna declaración.

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Aunque durante su campaña electoral, Bolsonaro aseguró durante múltiples veces que existían casos de manipulación electoral, aunque nunca presentó pruebas, por lo que se generó polémica respecto a si aceptaría la derrota en caso de una eventual derrota.

Por otro lado, el resultado de los comicios refleja un sorprendente regreso al poder para Lula da Silva, quien fue encarcelado en 2018 por un escándalo de corrupción. Su condena le abrió la puerta a Bolsonaro, quien ganó las elecciones de ese año.

Durante su discurso ganador en un hotel de Sao Paolo después de ser electo como el próximo presidente de Brasil, aseguró que: “Considero que tuve un proceso de resurrección en la política brasileña. Intentaron enterrarme vivo y ahora estoy aquí para gobernar el país […] Esta no es una victoria mía ni del Partido de los Trabajadores, ni de los partidos que me apoyaron en la campaña. Es la victoria de un movimiento democrático que se formó por encima de partidos políticos, intereses personales e ideologías de forma que la democracia saliera victoriosa”.

El pasado 2 de octubre, con el 99.9 por ciento de los votos escrutinados, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva obtuvo el 48.4 por ciento de apoyo y el presidente Jair Bolsonaro el 43.2 por ciento, por lo que no obtuvo la mayoría calificada para ganar en esa ocasión.

Asimismo, estas fueron las elecciones más reñidas del país desde que regresó a la democracia en 1985. Además, es la primera vez que un presidente en función pierde la reelección.

La diferencia entre ambos candidatos fue de alrededor de 2 millones de votos. En 2014, las elecciones se decidieron por apenas 3.5 millones de sufragios.

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