A pesar de que el boxeo es uno de los deportes donde más millones se mueven, y que en México Saúl el Canelo Álvarez es el deportista mejor pagado, la desigualdad salarial entre boxeadores y boxeadoras es inmensa.
En la última pelea ante Gennady Golovkin, el Canelo ganó 50 millones de dólares, algo sorprendente sabiendo que ninguna boxeadora mexicana o luchadora de la UFC ha alcanzado a ganar un millón de dólares.
En la historia del boxeo femenil mexicano, las mujeres han peleado por el reconocimiento y la oportunidad de subir al ring desde la década de 1920 con Margarita la Maya Montes.
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Aunque la pionera Laura Serrano sería clave en 1998 para que el boxeo femenil fuera legal en la Ciudad de México, a ella le seguirán pugilistas como Ana María Torres, Jackie Nava y Mariana la Barby Juarez quienes buscaron ganarse el reconocimiento y respaldo de los promotores.
La Guerrera Torres llegaría a cobrar cerca de un millón de pesos después de vencer a Jackie Nava por el centro diamante de acuerdo con información de La Jornada, pero nadie más alcanzaría una cifra como esas.
Y aunque el boxeo femenil mexicano ha crecido, sumando en su haber siete campeonas mundiales, ellas cobran apenas el 10 por ciento de lo que gana un boxeador hombre.
En la UFC la historia es similar, pues tras convertirse en la primera mexicana Campeona de la UFC, Alexa Grasso tenía asegurados 110 mil dólares por la pelea, pero sumaria más tras ganar y 32 mil más por patrocinios, por lo que en total ganó alrededor de 242 mil dólares, pero cuando Brandon Moreno se convirtió en campeón de la misma categoría en enero ganó 1 millón 104 mil dólares.