Jack Gleeson

Jack Gleeson, que cumplió 32 años el 20 de mayo, no tiene vocación actoral. Confesó que se convirtió en actor por casualidad y que le aburre estar en un set de filmación. Después de interpretar al niño rey Joffrey Baratheon en la popular serie de HBO, huyó de las cámaras para evitar el hostigamiento y porque quería ser profesor de Filosofía.

Jack Gleeson parecía tener un futuro prometedor y asegurado. Reconocido por su interpretación del despiadado Joffrey Baratheon en la exitosa serie Game of Thrones (2011), repentinamente, en la cima de su carrera, desapareció de la escena.

Sacrificio y felicidad

“Estoy feliz de sacrificar un gran sueldo por mi felicidad, si no es algo demasiado cursi para decirlo. Probablemente sea más ingenuo que maduro decir eso, tal vez, pero así es como me siento”, menciono Glesson.

Glesson hizo sus primeras apariciones en “Batman Begins” (2005) y “El brillo del arcoíris” (2009). Nunca mostró interés en adoptar el típico estilo de vida de un actor. En una entrevista con el Irish Independent expresó: “Cuando empecé a hacer ‘Juego de Tronos’, quizás la realidad se hizo demasiado real para mí. El estilo de vida que conlleva ser un actor en una serie de televisión de éxito no es algo que me atraiga”.

De hecho, su incursión en la actuación fue más por necesidad de encontrar una actividad en la que participar. El irlandés empezó a tomar clases de actuación junto a sus dos hermanas mayores en el centro comunitario local, ya que no contaba con muchas otras opciones. Compartió con Vulture: “Estaba cerca. Lo hice porque parecía divertido. Si el centro comunitario hubiera tenido clases de karate en su lugar, podría ser un karateca, pero por alguna razón tenían clases de actuación, así que fui a ellas”.

Jack Gleeson, sinónimo de amabilidad

A pesar de interpretar al monstruoso Joffrey en “Juego de Tronos”, sus compañeros describieron a Jack Gleeson como uno de los actores más amables y amigables. Jack basó su interpretación en la actuación de Joaquin Phoenix en “Gladiador” (2000). Aunque su fama fue rotunda, el trabajo no le trajo felicidad. A Jack no le entusiasmaba el ambiente de trabajo en el set, ya que no le atraían los aspectos artificiales de la producción. Confesó que la intensa realidad vista en la serie es producto de mucha edición y procesamiento, lo que no se refleja en el rodaje. Gleeson encontraba su trabajo insatisfactorio y aburrido: pasaba horas en maquillaje y esperando en su remolque para filmar solo unos minutos a la vez.

¿Trabajando duro o durándole al trabajo?

Jack Gleeson no disfrutaba su trabajo: confesó que no le gusta decir malas palabras y normalmente lo evita en los ensayos para hacerlo sólo en la toma. “Creo que al público siempre le gustarán los tipos malos que matan sin razón aparente. Simplemente nos gusta odiarlos”, comentó renegando de su personaje. Hasta el punto de que su momento preferido durante el rodaje fue cuando interpretó a un cadáver en el funeral de Joffrey, simplemente porque le permitió dormir durante todo el día. “Fue una experiencia divertida”, sostuvo con gracia.

Este joven se une a la larga lista de ex actores que prefirieron una vida normal y cotidiana” a la del mundo de la fama.

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