La posible existencia del Planeta Nueve, un gigante helado situado en los márgenes más distantes del sistema solar, ha vuelto a captar la atención de la comunidad astronómica; datos obtenidos con 23 años de diferencia por los satélites infrarrojos IRAS (1983) y AKARI (2006-2011) podrían haber detectado, por primera vez, su débil trazo a más de 105.000 millones de kilómetros del Sol.
El hallazgo fue presentado por el astrónomo Terry Long Phan, de la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwán, y su equipo internacional.
El objeto identificado mostraría un desplazamiento de 47,4 minutos de arco en más de dos décadas, un comportamiento compatible con el movimiento orbital del hipotético Planeta Nueve; su masa sería superior a la de Neptuno, y su distancia, 700 veces mayor que la que separa la Tierra del Sol.
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Big News : Evidence of controversial Planet Nine uncovered in sky surveys taken 23 years apart.
The object, if it really is Planet Nine, must be more massive than Neptune.
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— Chryse (@chryse0l) May 1, 2025
Comparación de archivos infrarrojos refuerza la hipótesis
La estrategia consistió en comparar imágenes del cielo profundo captadas por IRAS y AKARI para identificar desplazamientos que coincidan con un planeta muy distante; a través de esta técnica, fue posible filtrar 13 candidatos, de los cuales solo uno presentó características compatibles con el esperado Planeta Nueve.
Se ha señalado que los datos fueron analizados rigurosamente y verificados por pares del equipo, otorgando mayor solidez al hallazgo. A diferencia de estudios previos, este candidato aparece en dos conjuntos de datos distintos, lo que incrementa su credibilidad científica.
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¿Por qué buscar al Planeta Nueve?
La búsqueda del Planeta Nueve no es un simple ejercicio teórico; su existencia fue postulada en 2016 por los astrónomos Michael Brown y Konstantin Batygin, tras observar un patrón inusual en las órbitas de objetos del Cinturón de Kuiper, más allá de Plutón.
De confirmarse, explicaría la influencia gravitacional sobre estos cuerpos transneptunianos, que parecen estar alineados de forma anómala.
Asimismo, se estima que este planeta tarda hasta 10.000 años en completar una órbita solar, lo que dificultaría su detección directa por medios tradicionales. No obstante, la confirmación del candidato podría estar más cerca gracias a los avances tecnológicos actuales.
Telescopios ópticos y el futuro de la búsqueda
Se ha propuesto utilizar la Cámara de Energía Oscura del telescopio Blanco en Chile para seguir el rastro del Planeta Nueve. Además, con la próxima entrada en operación del Observatorio Vera C. Rubin y el lanzamiento del Telescopio Espacial Nancy Grace Roman, los astrónomos contarán con nuevas herramientas para confirmar o descartar su existencia.
Aunque el descubrimiento aún debe ser validado, la comunidad científica mantiene un interés creciente; si el Planeta Nueve es real, podría reconfigurar nuestra comprensión del sistema solar y su formación.
Las próximas observaciones serán cruciales para resolver este enigma cósmico.