El secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, dejo claro que la respuesta de México ante los aranceles impuestos por Estados Unidos será el diálogo. El funcionario asistió este martes a la conferencia diario del Gobierno de México, un día después de que Donald Trump firmara el decreto que fijó un arancel del 25% a todo el acero y el aluminio que llegue a suelo estadounidense, sin importar el país de origen.
Este impuesto a la importación entrará en vigor, presumiblemente, el 12 de marzo. Ese es el margen de tiempo que tiene México para negociar una excepción a la regla. Ebrard aseguró que la estrategia para conseguirlo es convencer con evidencia al próximo secretario de Comercio, Howard Lutnick. El funcionario estadounidense recibirá la ratificación por parte del Senado esta semana y Ebrard planea reunirse con él la próxima.
“¿Qué va a hacer México? Número uno, consultas con la nueva administración para presentarles la información que tenemos. Su secretario de Comercio tiene que ser ratificado esta semana, entonces ya podremos reunirnos oficialmente. Antes, no podemos hacerlo. La semana entrante voy a tener comunicación personal para presentar los argumentos de México, porque esto es sentido común”, explicó el ex canciller.
El argumento principal de México, según señaló Ebrard, es que Estados Unidos no tiene un déficit comercial con México en relación al acero y al aluminio, sino lo contrario. De acuerdo a los datos presentados por el secretario de Economía, Washington mantiene un superávit con México de 6,897 millones de dólares. Esto quiere decir que, con diferencia, Estados Unidos exporta más acero y aluminio del que importa desde la frontera sur. Con otros países, como Canadá, China o Australia, Washington sí que tiene un déficit comercial en estas materias. De esta forma es como el gobierno de Claudia Sheinbaum buscará renegociar la excepcionalidad mexicana.
Ebrard presenta balanza comercial de EUA sobre acero y aluminio
El secretario de @SE_mx, @m_ebrard, afirmó que México importa más acero y aluminio del que exporta a Estados Unidos, lo que genera un superávit a favor de ese país, a diferencia de lo que ocurre con naciones como… pic.twitter.com/HIsp6Bq7kh
— Político MX (@politicomx) February 11, 2025
Unión Europea y Canadá condenan los aranceles
La Unión Europea y Canadá, algunos de los aliados más cercanos a Washington, también condenaron la imposición de barreras comerciales al acero y al aluminio. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, catalogó el impuesto como “inaceptable”. Además, aseguró que la respuesta de su país será firme y clara, en caso de que la medida siga adelante el 12 de marzo. El déficit que Estados Unidos tiene con Canadá en ambas materias es de 9,675 millones de dólares. Una cantidad alta, pero todavía muy por debajo del déficit de 13,949 millones de dólares que la Casa Blanca mantiene con China.
En esa misma línea, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se sumó a la condena. La líder alemana afirmó que la respuesta del bloque europeo será “firme y proporcional a esas medidas”. “Lamento la decisión”, agregó en un mensaje en X. JD Vance, vicepresidente estadounidense de gira por Europa, comentó que ya se reunirá con von der Leyen para discutir asuntos económicos y de comercio.
I deeply regret the U.S. decision to impose tariffs on European steel and aluminum exports.
The EU will act to safeguard its economic interests.
We will protect our workers, businesses and consumers ↓
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) February 11, 2025
Ebrard, el negociador al que Trump señaló por tibieza
Marcelo Ebrard regresará a la primera línea de negociación con contrapartes estadounidenses, después de ya haber asumido un rol similar durante el primer gobierno de Donald Trump. En aquel momento, Ebrard se desempeñaba como secretario de Relaciones Exteriores y también le tocó hacer frente a amenazas de aranceles. El entonces canciller consiguió evitar la imposición de barreras comerciales, pero a cambio cedió en endureces la política migratoria de México. A partir de ese momento, la Guardia Nacional operó como el muro fronterizo de Trump, persiguiendo migrantes en el sur del país. “Nunca había visto a nadie doblarse de esa manera”, expresó Trump años más tarde sobre esa negociación.
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