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Economía y Finanzas| Internacional

Donald Trump y sus aranceles recíprocos: ¿control de daños o rediseño del orden económico global?

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Daniel García

Donald Trump ha vuelto al foco de la agenda geopolítica y económica global con una propuesta audaz: imponer aranceles recíprocos a todos los países del mundo; la medida, presentada como una herramienta para proteger la industria estadounidense, ha sido interpretada por algunos analistas como un intento de control de daños ante el inminente colapso del modelo económico de Estados Unidos.

Esta estrategia no es improvisada; forma parte de una visión estructurada para reposicionar al país en el nuevo equilibrio internacional, donde la hegemonía del dólar y la influencia militar están siendo desafiadas.

Hacia una nueva arquitectura económica global

Donald Trump, desde su primera administración, ha mostrado una clara intención de reconfigurar el sistema económico internacional.

El llamado “Acuerdo Mar-a-Lago” –una referencia al histórico Acuerdo del Plaza de 1985– busca reducir el valor del dólar, promover las exportaciones y reestructurar la deuda pública de EE.UU. El plan contempla una reingeniería del comercio mundial a través de aranceles estratégicos y la eventual emisión de “cupones cero”, títulos de deuda sin intereses a 100 años, destinados a sustituir los bonos tradicionales en manos de acreedores extranjeros.

En este escenario, los aranceles no serían una herramienta proteccionista aislada, sino un mecanismo para redistribuir las cargas económicas entre los aliados de Washington.

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Donald Trump y la amenaza de la desdolarización

El contexto no es menor. La desdolarización avanza lentamente, pero de forma constante. Sistemas alternativos al SWIFT como el SPFS ruso, el CIPS chino y el INSTEX europeo han comenzado a erosionar el dominio del dólar en el comercio global. Desde el inicio del conflicto en Ucrania, el uso del dólar ha caído un 25% en los intercambios internacionales.

A la par, la deuda pública de Estados Unidos ha alcanzado los 34 billones de dólares, de los cuales solo una tercera parte está en manos extranjeras.

Donald Trump ha interpretado este escenario como una amenaza existencial para la supremacía económica estadounidense; en respuesta, busca evitar una crisis comparable a la de 1929 redistribuyendo el costo de la deuda a través de medidas que, si bien polémicas, obedecen a una lógica de supervivencia nacional.

Un legado geopolítico que apunta a la disolución del “imperio estadounidense”

La política exterior de Donald Trump también encaja en esta lógica de repliegue y reorganización.

La aparente retirada militar de Europa, el distanciamiento de aliados tradicionales en Medio Oriente y el respaldo a Polonia como nuevo eje europeo son síntomas de una estrategia mayor: desmantelar las estructuras imperiales creadas en el siglo XX y fortalecer un núcleo económico y militar más sostenible.

Desde esta perspectiva, las decisiones de Donald Trump no deben ser vistas como improvisadas ni erráticas. Por el contrario, reflejan una intención clara de redefinir el papel de Estados Unidos en el mundo y evitar que una crisis financiera arrastre al país a una debacle histórica.

¿Una estrategia viable o un acto desesperado?

La pregunta central que plantea esta estrategia es si podrá ser aceptada por los principales acreedores de Estados Unidos, especialmente China y Arabia Saudita, quienes podrían considerar los “cupones cero” como un intento de estafa. De no lograr adhesión internacional, esta maniobra podría acelerar el aislamiento económico de Washington; sin embargo, Donald Trump parece apostar a que, al igual que en 1985, las potencias occidentales se verán obligadas a ceder para evitar una catástrofe mayor.

Lo que se vislumbra, en última instancia, es que Donald Trump no solo busca reelegirse, sino también reescribir el orden económico global desde los cimientos, ante el colapso potencial del sistema que Estados Unidos ayudó a construir.

La historia juzgará si su plan fue un acto visionario o un desesperado intento por sostener un imperio en decadencia.

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