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Cultura y Entretenimiento

Capitán América: Un Nuevo Mundo, reseña de un pequeño desastre

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Daniel García

El Universo Cinematográfico de Marvel (MCU) sigue su intento de reinvención con Capitán América: Un Nuevo Mundo, una cinta que pretende establecer a Sam Wilson como sucesor de Steve Rogers; sin embargo, la ejecución deja mucho que desear, con una historia desordenada y efectos visuales que perjudican la experiencia.

Problemas narrativos en Capitán América: Un Nuevo Mundo

Desde los primeros minutos, Capitán América: Un Nuevo Mundo introduce acción y drama, pero su ritmo acelerado impide desarrollar adecuadamente a los personajes; las escenas de corta duración fragmentan la historia, dificultando la inmersión del espectador.

La edición parece priorizar la cantidad sobre la calidad, resultando en un montaje que carece de cohesión.

Un protagonista sin profundidad

Uno de los aspectos más esperados de Capitán América: Un Nuevo Mundo era la evolución de Sam Wilson como el nuevo portador del escudo. No obstante, su desarrollo queda superficial, sin conflictos internos bien explorados ni un arco narrativo convincente.

Los personajes secundarios también sufren de este problema, quedando relegados a meras herramientas para avanzar la trama; a excepción de Harrison Ford como El General Thaddeus E. “Thunderbolt” Ross.

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Efectos visuales decepcionantes

El CGI ha sido una crítica recurrente en las recientes producciones de Marvel, y Capitán América: Un Nuevo Mundo no es la excepción.

Las escenas de acción carecen de fluidez y naturalidad, lo que afecta la inmersión en la historia. Este problema, combinado con una cinematografía poco inspirada, resta impacto a momentos clave del filme.

Villanos olvidables y una trama sin rumbo

Un aspecto fundamental en cualquier historia de superhéroes es la construcción de sus antagonistas.

En Capitán América: Un Nuevo Mundo, los villanos carecen de motivaciones sólidas (o al menos convincentes) y su presencia se siente forzada. A lo largo de la película, las refilmaciones son evidentes, lo que refuerza la sensación de una narrativa desorientada.

O desde otro punto de vista, el protagonismo de Sam Wilson en la historia entra con calzador al sentirse como una secuela de El increíble Hulk de 2008 (sin Hulk evidentemente).

Una entrega que deja más dudas que certezas

Capitán América: Un Nuevo Mundo tenía el desafío de consolidar a Sam Wilson como el nuevo Capitán América, pero la ejecución deficiente le impide alcanzar su potencial; con una trama desordenada, personajes sin profundidad y efectos visuales poco logrados, la película se convierte en una de las entregas más flojas del MCU.

A menos que Marvel tome nota de estos errores, el futuro del personaje podría verse comprometido.

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