Según un estudio publicado en la revista Nature, el cambio climático se ha convertido en el principal factor que incide en la extinción de los anfibios.
Especies de sapos, ranas, salamandras y otras criaturas de sangre fría, los cuales se destacan por su capacidad de vivir en agua y tierra, son especialmente vulnerables a los cambios medioambientales, debido a que no cuentan con plumas o escamas para protegerse.
Particularmente, las salamandras y los triturus son las especies más afectadas. La amenaza se ubica, primordialmente, en las islas del Caribe, en Mesoamérica, en las zonas tropicales de los Andes, Madagascar y Sri Lanka, entre otras regiones.
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En lo que respecta a modificaciones extremas relacionadas con el cambio climático, los anfibios sufren deshidratación rápidamente y sobre todo, han perdido los espacios húmedos necesarios para su reproducción.
Las tormentas más frecuentes e intensas, las inundaciones o la subida del nivel del mar pueden destruir los bosques donde viven y se reproducen.
“El cambio climático es una amenaza subestimada para los anfibios” y va a hacerse “más evidente” […] Existe la expectativa de que el cambio climático empuje a especies hacia la extinción”, declaró Kelsey Neam, experta del Grupo de Especialistas en Anfibios de la Comisión para la Supervivencia de las Especies de Unión Internacional para la Conservación en la Naturaleza (IUCN).
Los anfibios juegan un papel clave en la cadena alimentaria, debido a que alimentan a pájaros, mamíferos y reptiles.
