AMOC pone en alerta al Atlántico: ¿Habrá posible colapso?

La Corriente Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) desempeña un papel esencial en la regulación del clima global; la AMOC transporta agua caliente desde los trópicos hacia el Atlántico Norte y devuelve agua fría hacia el sur, funcionando como una arteria vital del sistema climático de la Tierra.

Este proceso mantiene temperaturas templadas en Europa y transporta nutrientes vitales para la vida marina, sin embargo, la AMOC está mostrando signos preocupantes de debilitamiento, generando alarma entre los científicos y el público en general.

Recientes estudios sugieren que la AMOC podría colapsar mucho antes de lo previsto, incluso en la década de 2030; esta predicción es más alarmante que las evaluaciones anteriores del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).

En febrero pasado, investigadores del Instituto de Investigación Marina y Atmosférica de la Universidad de Utrecht informaron que la acción de la AMOC ha sufrido un debilitamiento excepcional en los últimos 150 años, comparado con los 1,500 años anteriores.

Desde mediados del siglo XX, se ha registrado una disminución del 15% en la fuerza de esta corriente.

Consecuencias potenciales del colapso de la AMOC

La magnitud de las consecuencias de un colapso de la AMOC es difícil de precisar, pero los efectos potenciales son alarmantes; entre el 35% y el 45% de los modelos climáticos de alta calidad predicen un colapso inminente de la AMOC en la próxima década.

Si la AMOC se detiene, se podría enfrentar una glaciación en Europa, cambios drásticos en los patrones climáticos y un aumento en la frecuencia y severidad de eventos climáticos extremos en todo el mundo.

Un colapso de la AMOC podría desencadenar inviernos similares a los del siglo XIX en Europa en una década y condiciones glaciales en treinta años; aunque algunos científicos son más cautos y sugieren que la AMOC podría simplemente debilitarse en lugar de colapsar completamente en este siglo, pero la posibilidad de un colapso total sigue siendo una preocupación seria.

Mientras algunos estudios indican que el colapso es inminente, otros sugieren que estas proyecciones alarmistas podrían no ser precisas.

El IPCC había previsto inicialmente que un colapso de la AMOC no ocurriría hasta el siglo XXII, destacando la necesidad de mejorar los modelos y realizar más investigaciones para comprender mejor las dinámicas de la AMOC y su vulnerabilidad a los cambios climáticos actuales.

Influencia humana y medidas de mitigación

La influencia humana es un factor crucial en esta crisis; la subida de las temperaturas globales, en parte impulsada por el tráfico marítimo, está afectando negativamente a la AMOC.

En 2020, la normativa sobre combustibles bajos en azufre de la Organización Marítima Internacional redujo las emisiones de dióxido de azufre en un 80%, pero tuvo un efecto inesperado: aceleró temporalmente el calentamiento global al reducir la cantidad de aerosoles que enfrían el planeta.

Ante este panorama, algunos científicos han propuesto soluciones de geoingeniería, como hacer las nubes más brillantes con aerosoles para enfriar temporalmente el clima, sin embargo, estos métodos no abordan la causa fundamental del calentamiento global: las emisiones de combustibles fósiles.

Además, presentan riesgos significativos, incluyendo cambios en los patrones de precipitación global que podrían afectar a miles de millones de personas.

La comunidad científica destaca la necesidad urgente de reducir las emisiones de combustibles fósiles y adoptar medidas para mitigar el cambio climático, mientras tanto, se debe continuar investigando y mejorando los modelos climáticos para comprender plenamente las posibles consecuencias del colapso de la AMOC.

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