El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ por sus siglas en inglés) habría solicitado al mismo juez que dictaminó que Google incumple las leyes antimonopolio estadounidenses en agosto pasado, que obligue a la compañía a vender su navegador Chrome, de acuerdo a información publicada por el medio Bloomberg.
El objetivo de dicha petición sería desmantelar el monopolio que Google tiene sobre el mercado de búsqueda en Internet, ya que es el más utilizado en todo el mundo y que controla aproximadamente el 61 por ciento del mercado en los Estados Unidos. Un movimiento de dicha magnitud representaría una importante intervención contra una de las compañías tecnológicas más grandes del mundo.
De acuerdo a la información publicada, el DoJ presionará para que Google, propiedad de Alphabet, venda Chrome y establezcan nuevas medidas relacionadas con la inteligencia artificial, así como con su sistema operativo para smartphones Android.
Altos mandos de la competencia, junto con varios funcionarios de distintas partes de Estados Unidos, que se han unido al caso contra la empresa de Silicon Valley, también planean recomendar al juez federal Amit Mehta que imponga requisitos de licencia de datos.
En caso de que Mehta acepte las propuestas, estas podrían remodelar drásticamente el mercado mundial de las búsquedas en línea, del que Google controla el 90 por ciento, así como el papel de la empresa en el sector de la inteligencia artificial.
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En agosto, un fallo judicial por parte de Mehta a favor del DoJ determinó que la compañía había violado las leyes antimonopolio y gastado miles de millones en construir un monopolio ilegal. De acuerdo al DoJ, la conducta de Google había resultado en “daños perniciosos” para los usuarios, y que no se podía exagerar la importancia de restablecer la competencia en un mercado que era “indispensable”.
Google se defiende: “Vender Chrome afectará a los consumidores”
Al respecto, la vicepresidenta de asuntos regulatorios de Google, Lee-Anne Mulholland, respondió a las acusaciones argumentando que el DoJ se está extralimitando para perseguir el caso y que una posible venta de Chrome perjudicarían tanto a consumidores como desarrolladores:
“El Departamento de Justicia continúa impulsando una agenda radical que va mucho más allá de las cuestiones legales de este caso”, dijo la ejecutiva de Google, Lee-Anne Mulholland, en un comunicado.
“Si el gobierno interviene de esta manera, perjudicará a los consumidores, a los desarrolladores y al liderazgo tecnológico estadounidense precisamente en el momento en que más se lo necesita”.
Google es el motor predeterminado en Chrome, así como en muchos navegadores de teléfonos inteligentes, incluido Safari en iPhones.
El juez Mehta dijo en su fallo de agosto que el motor de búsqueda predeterminado era “un bien inmueble extremadamente valioso” para Google.
“Incluso si un nuevo participante estuviera posicionado desde un punto de vista de calidad para pujar por la opción predeterminada cuando expira un acuerdo, dicha empresa podría competir solo si estuviera dispuesta a pagar a sus socios más de miles de millones de dólares en participación en los ingresos”, escribió.
Google presentará sus propuestas de solución en respuesta al Departamento de Justicia antes del 20 de diciembre.
No es la primera vez que van contra un gigante tecnológico
El caso tiene ecos del intento del gobierno estadounidense de desmantelar Microsoft en la década de 1990 en un esfuerzo por desafiar su dominio sobre el mercado del software.
En dicho caso, la parte acusadora planteó que Microsoft abusaba de su poder monopólico en las computadoras personales con núcleos Intel en cuanto a la gestión de las ventas del sistema operativo y del navegador web. El tema central del caso consistía en sí se le permitía a Microsoft juntar en un mismo paquete su producto de software estrella de navegación de la web (Internet Explorer) con su sistema operativo Microsoft Windows. Se planteaba que el juntarlos en un mismo paquete fue la principal razón del éxito de Microsoft en la guerra de los navegadores, ya que cada usuario de Windows contaba con una copia del Internet Explorer. Se indicó en la acusación que este hecho restringía el mercado de la competencia de navegadores de web (tales como Netscape Navigator u Opera) que eran lentos en descargar a través de un módem o que debían ser comprados en una tienda.
En 2000, un juez falló a favor del Departamento de Justicia y dijo que la empresa tendría que dividirse en dos, pero Microsoft apeló con éxito un año después y el Departamento de Justicia finalmente desestimó el caso.